Tierra de profundas tradiciones, de campos de verduras, de vides, de sabiduría popular, de fuertes anclajes con el pasado... y de firme e intensa mirada hacia el futuro y la innovación, hacia lo que se quiere ser y hacia dónde se quiere evolucionar. Porque este amarre a lo antiguo, al fundamental acervo social y cultural de una región pequeña pero de historia intensa, no es más que un suelo estable y consistente en el que apoyar los pies para tomar impulso y no perder el paso en un mundo global, sin fronteras, y que avanza a una velocidad de vértigo, en el que no apostar por evolucionar implica inevitablemente quedarse atrás.
En este envite decidido, la Fundación Riojana para la Innovación (FRI) se ha convertido en uno de los principales protagonistas para asumir, potenciar y hacer crecer este compromiso. Fue constituida en febrero de 2010 para convertirse en herramienta básica para difundir la cultura de la innovación como herramienta de desarrollo social y económico de La Rioja y, desde sus inicios, ha tenido claro que debía basar su éxito en la implicación de cuatro actores protagonistas:Administración, empresa, universidad y sociedad.
La consejera de Desarrollo Económico e Innovación, Leonor González Menorca, asume que «las cuatro se entrelazan y se hibridan. La suma de sus fuerzas multiplica resultados de tal manera que la evolución de todas ellas va en paralelo.Con ello, se consigue crecer en La Rioja de una manera equilibrada, ordenada y sostenible».
Así ha sido, y todos ellos han sabido ver en la humilde dimensión de esta comunidad una ventaja frente a lo que otros aprovecharían como excusas para dejar de intentarlo y abandonar. Frente a los grandes proyectos, imaginación. Frente a las enormes inversiones, originalidad. Frente a medios inalcanzables, talento.
La consejera valora la labor «divulgativa» de la FRI y el «gran trabajo» realizado para conseguir «que cada vez más empresa y personas conozcan y se interesen por la innovación». «Prueba de ello –añade–, son las más de 100 actividades puestas en marcha y por las que han pasado más de 20.000 asistentes». Esta labor formativa ha conseguido concienciar «cada vez a más empresas de la importancia de innovar para mejorar y generar productos y servicios de mejor calidad. Desde el 2014 la tendencia se ha ido consolidando y se ha incrementado el número que invierte en ello en 18,8 puntos porcentuales».
Pero para innovar no sólo hay que mirar adelante. Es fundamental también desviar la vista hacia abajo, a los más pequeños, a los adultos del mañana. Educar a los jóvenes es construir las bases de un prometedor porvenir. Y así lo han hecho en la FRI, apostando por la First Lego League –un evento para niños de entre 9 y 16 años del saldrán los ingenieros, científicos, programadores…– y acogiendo su fase final nacional en Logroño.
De ellos es un futuro que González Menorca ve «en positivo, dada la apuesta de las empresas. Somos conscientes que el Gobierno debe desempeñar un papel de facilitador, favorecer la coordinación de los distintos agentes de forma dinámica y catalizadora. Desde esta perspectiva, y considerando los planes con actuaciones concretas que hemos venido desarrollando, parece lógico que el entorno innovador de La Rioja se vea favorecido. Siempre hay que ser positivo».