Cada vez que se habla de protección de datos, tecnología e innovación, surgen voces con diferentes opiniones respecto a la relación que deben mantener entre si. Con una regulación mucho más estricta que en EE UU (por no hablar de China), muchas voces aseguran que el reglamento general de protección de datos de la Unión Europea puede resultar un lastre para la innovación en el Viejo Continente.
Sin embargo, poco a poco y tras escándalos como el de Facebook y Cambridge Analítica, cada vez son más los países y los directivos de grandes empresas que respaldan el derecho a la privacidad de los usuarios. «La protección de datos y la innovación no deberían ir reñidos», defiende Elena Gil González. «Se debe potenciar la innovación, pero no a costa de la privacidad o normas de la democracia», argumenta esta experta.
En su opinión, la UE lidera los esfuerzos para unir estos dos parámetros y constata que hay un cambio de tendencia. «Estamos en una sociedad en la que todo se mueve por el valor económico. Cumplir con ciertos valores éticos parece que no es rentable. Pero en tratamiento de datos está pasando lo mismo que antes con la seguridad en los coches», argumenta.