Un convoy del nuevo sistema ARES, con vagones de baterías gigantes. :: r. c.

Trenes batería que logran encender la luz de las casas

Una idea de EE UU aprovecha la fuerza de la gravedad para generar electricidad gracias al ferrocarril

J. A. GONZÁLEZ

El sector ferroviario es uno de los grandes clientes de las eléctricas y en los últimos años están trabajando para encontrar una forma de acceder a esta energía sin depender de los grandes grupos. Eso, además de encontrar una fuente más amistosa con el medio ambiente.

Una compañía estadounidense, Advanced Rail Energy Storage (ARES), ha desarrollado un sistema de almacenamiento y producción de energía totalmente novedoso. El proyecto pone el foco en un apartado, hasta la fecha, inédito: la gravedad. Se trata de ARES Ridgeline, un nuevo sistema de vagones con baterías gigantes que generan electricidad con la gravedad. Se mueven a lo largo de unas vías situadas en una cuesta. La primera prueba piloto se hizo en 2017 en Tehachapi, California, en una pista de 268 metros. Fue un éxito y la compañía recibió el permiso necesario para construir el sistema de energía de la red en Nevada. La flota de trenes viajan cuesta arriba y cuesta abajo, con una pendiente del 7,2% para generar 50 MW de potencia de respuesta rápida que ayudan a estabilizar el suministro eléctrico en California.

Al descender por la cuesta, y la gravedad, los vagones se convierten en generadores que «fabrican» electricidad al aprovechar la fuerza de la caída. Sin embargo, la compañía se ha encontrado con importantes impedimentos.

La idea es escalable, desde instalaciones pequeñas de 100 MW con capacidad de almacenamiento de 200 MWh hasta grandes sistemas de 2 a 3 GW y almacenamiento de 16 a 24 GWh. « ARES no produce emisiones, no quema combustible, no requiere agua, no usa materiales problemáticos para el medio ambiente y se sienta ligeramente sobre la tierra», apunta Jim Kelly, gerente general de la firma.

El sistema de ARES se basa en las aplicaciones mineras. La energía se proporciona a los trenes fuera de la red usando un tercer riel que da energía a los motores eléctricos. La idea es que la energía que generan los vagones alimente a sus propios motores al subir la pendiente. No obstante, si falta de electricidad en cualquier sistema o población cercana, el 'software' de la compañía permite convertir a los trenes en generadores para trasladarles esa energía al bajar las cuestas.

El proyecto puede generar hasta 200 megavatios, aunque la potencia varía según el número de vagones y la configuración usada en cada momento. Además, a diferencia de lo que pasa con las baterías, este tipo de almacenamiento no tiene perdidas de energía mientras permanece en espera y su esperanza de vida es de medio siglo o más.

Frente a lo novedoso del sistema, su funcionamiento se basa en el mismo principio para aprovechar la fuerza de la gravedad que se aplica desde hace tiempo en algunas centrales hidroeléctricas. Estas bombean agua hacia la presa cuando hay exceso de electricidad, a fin de dejarla caer después cuando hace falta producir más electricidad.

Desde 2018 Metro de Madrid trabaja en un plan de «celdas reversibles», que permiten recuperar la energía que generan los convoyes al frenar. Con una inversión de 1,2 millones de euros, el Ejecutivo autonómico está instalando equipos para alimentar así otras instalaciones de la red, como ascensores, escaleras mecánicas o torniquetes.