Una de las células solares que se pueden crear mediante impresoras 3D. :: r. c.

La tecnología de bajo coste ayuda a producir más y a menor precio

J. A. G. MADRID.

Las impresoras han evolucionado con el paso de los años. En sus inicios reproducían documentos, luego fotografías y ahora son capaces de imprimir en tres dimensiones. Incluso grandes piezas de construcción o tejidos, y también se han dado avances en la impresión de comida.

El último paso es la impresión de células solares. Científicos australianos se han planteado revolucionar el mercado de los paneles de este tipo. «Solo hay tres lugares de demostración a esta escala en el mundo, así que Australia forma parte de esa élite que trabaja para hacer de esta tecnología una realidad comercial», explica Paul Dastoor, profesor y creador del proyecto.

Con solo diez impresoras funcionando se podrían generar tantos paneles como para suministrar energía a 1.000 viviendas al día y hacerlo, además, a un coste de producción de 10 dólares por metro cuadrado. Su bajo peso permite que se coloquen con enorme facilidad, casi como si se estuviera extendiendo una sábana que, al final, se adhiere con tiras de velcro.

«Esta tecnología es de bajo coste y muy fácilmente transportable, lo que la convierte en ideal para aplicaciones en la mayoría de países del mundo, en los que se estima que más de 1.200 millones de personas todavía no tienen acceso a la electricidad», apunta el investigador australiano.

Ideado por la universidad australiana, este sistema ha despertado el interés del sector privado. Ha cerrado una alianza con la empresa logística Chep, para el plan piloto de una instalación a escala comercial en 2019.